La educación del control de esfínteres «prácticamente no existe en la Atención Pediátrica Primaria», asegura Martínez, por lo que la enuresis se diagnostica tarde por los padres cuando ya existen complicaciones psicológicas y de relación social, y los tratamientos «se realizan pocas veces de manera correcta».
Para la pediatra de Atención Primaria CS Posada de Llanera (Asturias), Elena Taborga, el diagnóstico precoz de este problema y su tratamiento «pueden ayudar a estos niños a mejorar su calidad de vida». La enuresis nocturna «tiene un importante impacto sobre la autoestima de estos niños, creando un estigma social de tal manera que se niegan a ir a campamentos, casas de amigos o incluso con familiares a pasar una noche fuera de casa; además de ser una carga económica extra para las familias», señala la doctora. De hecho, un estudio realizado a niños enuréticos revela que un 22 por ciento de ellos considera este problema una enfermedad.
Para saber abordarlo, la Sepeap, en colaboración con la Fundación PRANDI de Pediatría Extra hospitalaria, han editado la ‘Guía de manejo y diagnóstico terapéutico de la Enuresis Infantil’, dirigida a los pediatras que atienden a diario a niños con este problema, de manera que puedan anticiparse instaurando consejos y pautas para una correcta evolución del control de esfínteres.
Los expertos indican que no sólo hay que abordar la enuresis cuando se establece el diagnóstico, -en la mayoría de los casos de forma tardía-, sino que, conociendo los factores asociados o desencadenantes de la misma, «se debe intentar detectar a aquellos que puedan tener un perfil más propenso a padecerla y actuar de forma temprana».
Según el doctor Víctor García Nieto, jefe de Nefrología Pediátrica del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria en Santa Cruz de Tenerife y otro de los autores de la guía, explica que la enuresis nocturna tiene unas bases genéticas y una fisiopatología propias y es el pediatra general, en la mayoría de los casos, «el facultativo preparado para abordar su solución, porque la tiene». Cuando coincide en el tiempo la maduración de las funciones cerebral y vesical, «la enuresis puede curarse y existe tratamiento», sentencia.
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